En la actualidad, desarrollo de ciudades y sostenibilidad van de la mano. Por eso, cada día cobran mayor relevancia las construcciones que mejoran la relación de los individuos con el medio ambiente, en función de la calidad de vida.

Actualmente la preocupación por el planeta, la eficiencia de recursos y la rapidez de los procesos toman un papel protagónico en el mundo. Sobre todo, en la industria inmobiliaria.

De hecho, según la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), tras cinco años de la certificación Edge se han certificado más de 9 millones de metros cuadrados para edificaciones en los segmentos de comercio, industria, hospitales, hoteles y vivienda. En el caso residencial, se han certificado más de 130.000 unidades habitacionales, de las cuales 95.000 (73 %) son del segmento de vivienda VIS.

Para la presidenta de Camacol, Sandra Forero Ramírez, el sector constructor está contribuyendo cada vez más con la mitigación del cambio climático. Según el gremio, las edificaciones verdes generan un ahorro anual en energía de 217,507 megavatios hora (MWh); 7,3 millones de metros cúbicos de agua y 88.487 toneladas totales de dióxido de carbono (CO2).

“Muestra de ello son los 109,597 MWh/año ahorrados. Lo que equivale a la energía consumida por más de 10.700 hogares en un año. Así como los 3,6 millones m3/año de agua que dejaron de consumirse y con los que podrían llenarse 1.440 piscinas olímpicas. O los 51,587 tCO₂/año de emisiones que no se emitieron a la atmósfera y que equivalen a retirar a más de 11.200 carros del tránsito cada año”, explicó Forero.

En esta línea, Camacol trazó la ruta para que en 2023, una de cada cinco viviendas construidas en el país esté certificada. La certificación es para edificaciones que cumplan con parámetros de ahorro en: agua y energía incorporada en materiales.

Construcción sostebible para el 2023

Los edificios verdes o sostenibles destacan por su alta eficiencia energética.

En los últimos años, cada vez más personas eligen casas sustentables y eso no cambiará en 2023. De hecho, en su más reciente estudio, Ipsos Group S.A., una multinacional de investigación de mercados, muestra que con un 71 %, Colombia es el país con mayor inquietud, a nivel mundial, en relación con el cambio climático.

En esta misma investigación, la consultora reveló que el 83% de colombianos consideran que si una empresa no actúan ahora para combatir el cambio climático, le están fallando a sus empleados y clientes.

Así las cosas, el próximo año vendrá marcado por una creciente demanda en lo que se refiere a proyectos sostenibles. En La Haus consultamos sobre el tema con Alejandro Restrepo Montoya, doctor en Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Técnica de Múnich , Alemania, y docente de la Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) .

Estos son los cinco puntos en arquitectura sostenible que, en términos urbanos y habitacionales, tienen que plantearse los constructores para 2023:

  • Reconexión vegetal y natural de las geografías en las ciudades que habitamos. Es decir, volver a los orígenes. Es importante repensar la ciudad a través de sus ríos, cerros, montañas y espacios públicos. Por tanto, hay que trabajar continuidades ambientales que, teniendo en cuenta la condición original e información de la ciudad, planteen un sistema ecológico, sostenible y con calidad espacial y ambiental.
  • Producir y utilizar materiales hechos en Colombia. Sobre todo por la dificultad de las exportaciones, el desabastecimiento de materiales y la devaluación de la moneda nacional. Esto nos permitirá mejorar las condiciones de sostenibilidad, reducir la huella de carbono y aumentar las factibilidades de los proyectos. Como las maderas de reforestación con cultivos programados.
  • El clima es un amigo, no una amenaza. Por esta razón es necesario adaptar las arquitecturas a las condiciones climáticas de las diferentes regiones del país. Principalmente por el nivel de precipitaciones que tenemos en Colombia. Ante este panorama se hace imperativo trabajar en cubiertas y sistemas de recolección para que las aguas lluvia sean reutilizadas. De igual manera, las ciudades deben de tener superficies naturales blandas y pavimentos absorbentes que sirvan para ese mismo fin.
  • Pensar en el aprovechamiento de las energías renovables. Por ejemplo, si la enrgía solar puede ser captada en momentos en que no haya lluvia y sirve para iluminar los espacios públicos y las edificaciones, es posible que estos sistemas puedan ser utilizados de manera constante.
  • Disminuir los consumos energéticos. Lo que significa trabajar con las condiciones de aire natural al interior de las viviendas. O adaptar las construcciones que habitamos a una arquitectura bioclimática. Esto con el fin de generar temperaturas estables al interior de las unidades de vivienda y así evitar el uso de equipos de refrigeración mecánica.

Indudablemente, el desarrollo de proyectos sostenibles mejora la calidad de vida de la sociedad. Vale la pena resaltar que en 2023 será más común el uso de paneles fotovoltaicos y ventanas de termopanel. Así como el de otros elementos ecológicos que contribuyen a una mayor eficiencia energética en casas y edificios. Por otro lado, los materiales reciclados serán más valorados por los clientes.

Además, los espacios abiertos (para un mayor aprovechamiento de la luz natural) y las construcciones por módulos serán tendencia.

*Artículo tomado de lahaus.com

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *